Está claro que vivir implica aceptar que existen épocas de crisis, pero nadie nos ha preparado para ello… Vivimos centrados/as en las expectativas que, en muchas ocasiones, nos han marcado desde “fuera” y que, comúnmente, están centradas en términos de ÉXITO/FRACASO:
- Éxito laboral (léase, encontrar un trabajo que nos guste, que nos permita conciliar, que nos permita tener tiempo libre…)
- Éxito personal (léase, gustarnos física y mentalmente, sentirnos bien con nuestro camino…)
- Éxito financiero (léase, ganar dinero suficiente para comprar todo lo que la sociedad nos empuja a poseer…)
- Éxito social (léase, tener muchos amigos, hacer planes divertidos…)
- Éxito sentimental (léase, tener una pareja cómplice, cariñosa, que me complete y cubra mis necesidades…)
Y… ¿Qué pasa cuando estas expectativas no se cumplen? Que sentimos que hemos fracasado… pero esto no es así…
La separación o el divorcio implica decir adiós no sólo a una persona, también a unas expectativas de futuro, a unas rutinas, a millones de pequeños y grandes hábitos… y eso duele, remueve todos nuestros cimientos y activa muchos de nuestros miedos… pero no nos convierte en personas fracasadas, ni es una derrota, ni una catástrofe… Es una decisión que se toma cuando las cosas no funcionan como deberían (sin meterme en las razones por las cuales esto es así…), cuando hay un malestar que no podemos resolver y, por lo tanto, necesitamos avanzar para mejorar nuestra situación. A veces, el miedo o las expectativas sociales sobre lo que debería haber sido, nos bloquean y perdemos de vista la verdadera razón por la que tomamos este camino… queremos mejorar nuestra vida.
Así qué… si estás en medio de una crisis por separación, te damos algunas claves para replantear tu situación de una forma más sana…
- Revisa tus creencias. Sí, “puede ser amor verdadero y que no dure para siempre”. Las creencias populares sobre el amor están cargadas de falsos mitos que nos generan mucho malestar y sufrimiento “extra”.
- Recupera la visión de la vida como un proceso de aprendizaje y crecimiento y no como una sucesión de metas que hay que cumplir a toda costa.
- Enfócate en tu objetivo: mejorar tu situación.
- Acepta que las crisis forman parte de la vida, estamos en un proceso de trasformación y reconstrucción constante.
- Atiende a tus emociones, trata de entenderlas y procesarlas, en vez de oponerte a ellas. Si no sabes cómo hacerlo, busca ayuda profesional. Las emociones pueden bloquear nuestros avances y nuestra comunicación con las demás personas.
- Conecta con quién eres, para, regálate tiempo.
- Busca soluciones a los problemas y ponlos en práctica, no procrastines demasiado… (Cuidado con el miedo, muchas veces nos paraliza). Cuanto antes te informes de las cuestiones legales, financieras y demás, antes podrás llegar a actuaciones que te permitan avanzar para salir de la crisis.
- Crea rutinas que te den estabilidad y te motiven.
- Márcate metas pequeñas y sencillas.
- Busca apoyo social y rodéate de personas que te aporten calma.